El cubano sueña. Ni por un minuto ha dejado de soñar sus
sueños más antiguos. Para los que conocemos su gente, sabemos que en Cuba un
coche es uno de los grandes anhelos materiales. Un hombre que posea un “carro” -como se les llama- es un hombre afortunado. Poseer un coche concede un cierto estatus social. Las mujeres, salvo
las taxistas, no suelen conducir.
En todas partes del mundo ya es verdad aceptada que ellas lo hacen mejor que
nosotros, pero en Cuba un hombre no dejará tranquilamente que una mujer “maneje”
su carro. Es por ello que para el que visita la isla llamará la atención que
casi no hay mujeres que conduzcan, aunque ellas tampoco sueñan con esas cosas. Algunos hombres sin embargo siguen soñando sus sueños hasta que, como el de la foto, los hacen realidad.
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