En Cuba todo tiene dos precios: uno en blanco y otro
en negro. No hay nada en el “mercado blanco” que no pueda encontrarse por muchísimo
menos en el “mercado negro”. Pero en este último no todo es bicoca. A veces los vendedores de
productos en el llamado mercado negro se aprovechan de la ingenuidad del
cliente y la imposibilidad de una reclamación
-que por otra parte tampoco es muy posible si el producto lo comprara en
una tienda del otro mercado, el “blanco”-
para simplemente estafarle. Así
que no recomiendo recurrir al “mercado negro” salvo cuando sea posible
comprobar plenamente la calidad del producto, por tentador que éste nos parezca.
Pero no siempre la cosa sale mal. Tal es el caso de este pargo comprado a un pescador en la zona de Pinar del Río. Su peso era de 5.250 kg y nos salió por 8 CUC, unos 6 € al cambio. Ni qué decir que en una pescadería nos habría costado hasta diez veces más. Y doy fe que estaba realmente bueno.
Pero no siempre la cosa sale mal. Tal es el caso de este pargo comprado a un pescador en la zona de Pinar del Río. Su peso era de 5.250 kg y nos salió por 8 CUC, unos 6 € al cambio. Ni qué decir que en una pescadería nos habría costado hasta diez veces más. Y doy fe que estaba realmente bueno.
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