PUES YO CONFÍO

   Más allá de los 35 años la emprendeduría carece de toda confiabilidad; o eso parece. A los jóvenes emprendedores se les ayuda precariamente  -cierto aunque sin olvidar que cualquier ayuda a veces parece poca a quien la recibe- pero al menos en algo se les ayuda. Existe una fundación en Girona dedicada especialmente a favorecerles.

Recientemente esta fundación realizó un forum para el intercambio de experiencia entre emprendedores; pues bien, en el formulario de inscripción se pedía la edad del solicitante, y a la que ésta rebasaba los 35 el sistema informático rechazaba automáticamente la petición.

Me pregunto y por qué esta disyunción con quienes  también deciden aventurarse en nuevos proyectos; ¿será porque cualquier ayuda a este grupo es un dispendio, tan cerca como están algunos de la jubilación?; ¿y por qué será que están tan cerca de la jubilación?; porque por haber pasado la mitad de su vida sentados en el banco de un parque seguro que no. Convendría que algunos pensaran en ello.

¿O será que con los viejos emprendedores en paro sale más a cuenta pagarles una ayuda hasta los 67 años y luego jubilarles tranquilamente?.

Oiga, y esa barrera aritmética de los 35, ¿quién la puso y cómo la calculó?. A mí nadie me ha dicho que a este país sólo pueden sacarlo adelante los menores de 35. A mí, como a cualquier hijo de vecino, también se me recorta  -según dicen- para salir de este atolladero.

Debí decirles que tengo 56 abriles y desde hace un tiempo apuesto por el proyecto Travel Coach Cuba. Y resulta que hoy pasé por delante de un banco en el que un cartel anunciaba ayudas a jóvenes emprendedores, sin comisiones de estudio, apertura y cómodos plazos de hasta 8 años. En la foto, una joven risueña y un padre orgulloso. A un costado de la foto se lee: “Mi familia confió en mi proyecto y aquí también lo han hecho”... Enternecedor.

Pues le digo a ese banco que yo también confío en Travel Coach Cuba para ayudar a los turistas a tomar decisiones, a ahorrar y disfrutar más de su inversión en unas vacaciones en Cuba, y mi familia también confía en mí para salir adelante. ¿Por qué no pueden confiar ustedes?.

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