He aquí un frecuente error en que se incurre cuando se piensa en Cuba. El país no es exactamente una isla, sino todo un vasto archipiélago integrado por más de 1.600 cayos e islotes agrupados alrededor de la mayor de sus islas: Cuba. Existe otra isla de regular tamaño en el archipiélago cubano, en su parte meridional: Isla de la Juventud -otrora Isla de Pinos-, escenario de ficción de la novela La Isla del Tesoro, escrita por otro isleño, el escocés Robert L. Stevenson.
La isla de Cuba posee una extensión total de 110 992 km cuadrados, con una longitud de 1.250 km . Su configuración es alargada, semejando un gran caimán dormido sobre las aguas del Mar Caribe. Es esta la razón por la que sus carreteras y vías férreas se orientan de este a oeste, incluyendo tramos cortos o ramales que conducen al viajero hacia el norte o el sur.
Sus mejores playas se localizan en la costa norte: el mundialmente famoso balneario de Varadero, en la provincia de Matanzas; el rosario de Playas del Este, en Ciudad de La Habana ; Santa Lucía, en Camagüey; Guardalavaca, en la provincia de Holguín y las ubicadas en la cayería al norte de las provincias de Camagüey y Ciego de Ávila, son de las preferidas entre quienes optan por hacer turismo convencional.
Existen otras playas al sur, como las de Cayo Largo, al sur de la provincia de Cienfuegos, y Playa Ancón, en la romántica Trinidad, una villa donde la arquitectura colonial parece recién alzada.
Para los amantes del submarinismo, la isla reserva la segunda barrera de coral del mundo (más de 400 kilómetros ) al norte de la provincia de Pinar del Río. Esta barrera es apenas superada por la Gran Barrera al este de Australia.
Las aguas alrededor del archipiélago cubano son de bajo fondo y cubren un área de plataforma continental casi tan extensa como la tierra firme. Por esta razón la travesía entre las islas se realiza en embarcaciones de poco calado. Las costas están flanqueadas muchas veces por formaciones coralinas en forma de terrazas costeras. Las temperaturas de las aguas resultan cálidas gracias a la influencia térmica de la Corriente del Golfo, y muy transparentes.
Pero Cuba no es sólo playas tal y como con frecuencia se suele adelantar en guías turísticas, revistas y anuncios para atraer vacacionistas al país. Acá también se localizan montañas, particularmente en la región oriental del país. Se trata de elevaciones de baja cota. El Pico Turquino, en la Sierra Maestra , es la más alta y posee 1.974 metros de altura.
Aquí las montañas están dispuestas en forma de macizos aislados por amplias llanuras ocupando el 25 por ciento del territorio nacional. Existen tres grupos montañosos importantes: Sierra Maestra y Sierra Cristal, al oriente; Sierra del Escambray, al centro del país; y la Cordillera de Guaniguanico en el poniente de la isla.
Los valles cubanos son reconocidos por su imponente belleza. El de Viñales, en la provincia de Pinar del Río, es probablemente uno de los más bellos del mundo. Aquí los mogotes -pequeñas alturas calizas cupoliformes- semejan gigantescos paquidermos dormidos en medio del valle. La belleza de este lugar, donde la naturaleza ha actuado a su capricho, lo convierte en sitio imprescindible para quienes visitan la isla por primera vez, y recurrente para los que regresan a ella.
Pero con todo, lo más interesante en la mayor isla del Caribe no es su naturaleza, o cualquiera de los múltiples sitios de interés histórico, arquitectónico, religioso o cultural. Lo más atrayente acá es sin dudas su gente.
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