Para
el que no conozca la realidad en Cuba puede que esta foto de Kacho López no
diga nada, sin embargo, la instantánea es un testimonio gráfico de cómo el cubano ha tenido que
despabilar para salir adelante, en la mayoría de los casos gracias al turismo.
En primer plano tenemos un “almendrón” -entiéndase vehículo de fabricación norteamericana de los años ’50 que circula gracias al ingenio mecánico desarrollado en la isla- y con el que su propietario ha decidido ganarse la vida. Un turista que le alquile por una carrera o unas pocas horas, no sólo le saldrá más barato que si lo hiciera en un taxi estatal, sino que solucionará a su propietario la supervivencia por un día o una semana. Al fondo de la foto se ve una casa recién restaurada –la foto pudo ser tomada en las barriadas de Centro Habana o El vedado- gracias a que su dueño alquila habitaciones a turistas tal y como se puede saber por logo azul en la puerta. Frente a la casa hay un viejo Lada. El hecho de que este símbolo rodante del socialismo soviético aparezca aparcado pudiera contener una sutil intencionalidad del fotógrafo; el viejo “almendrón” a punto de adelantarle se ve que al final ganará la carrera. Por último, tenemos a tres niños que juegan en la acera. Dos de ellos llevan camisetas que costarían la mitad del salario mensual de un obrero en la isla; aunque también puede que sea el regalo de algún turista.
En primer plano tenemos un “almendrón” -entiéndase vehículo de fabricación norteamericana de los años ’50 que circula gracias al ingenio mecánico desarrollado en la isla- y con el que su propietario ha decidido ganarse la vida. Un turista que le alquile por una carrera o unas pocas horas, no sólo le saldrá más barato que si lo hiciera en un taxi estatal, sino que solucionará a su propietario la supervivencia por un día o una semana. Al fondo de la foto se ve una casa recién restaurada –la foto pudo ser tomada en las barriadas de Centro Habana o El vedado- gracias a que su dueño alquila habitaciones a turistas tal y como se puede saber por logo azul en la puerta. Frente a la casa hay un viejo Lada. El hecho de que este símbolo rodante del socialismo soviético aparezca aparcado pudiera contener una sutil intencionalidad del fotógrafo; el viejo “almendrón” a punto de adelantarle se ve que al final ganará la carrera. Por último, tenemos a tres niños que juegan en la acera. Dos de ellos llevan camisetas que costarían la mitad del salario mensual de un obrero en la isla; aunque también puede que sea el regalo de algún turista.
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