En la calle Montserrate No. 261 (al fondo del hotel Plaza) es una construcción emblemática del art-decó habanero. La conocida empresa ronera -constituida en 1862- levantó este bello edificio en 1930, obra de los arquitectos Esteban Rodríguez Castell, Rafael Fernández Ruenes y José Menéndez.
En su construcción se emplearon mármoles y granito multicolores, consiguiendo un armonioso contraste policrómico que se suma a las caprichosas formas de un estilo de por sí caprichoso. El edificio Bacardí se identifica por el gran murciélago que corona su cúpula y que resulta el único símbolo sobreviviente de esta marca ronera desde que en 1960 la compañía fuera nacionalizada por el gobierno revolucionario.
En su construcción se emplearon mármoles y granito multicolores, consiguiendo un armonioso contraste policrómico que se suma a las caprichosas formas de un estilo de por sí caprichoso. El edificio Bacardí se identifica por el gran murciélago que corona su cúpula y que resulta el único símbolo sobreviviente de esta marca ronera desde que en 1960 la compañía fuera nacionalizada por el gobierno revolucionario.
Para tomar una buena foto de este inmueble habanero necesitará una cámara con un lente de ángulo ancho o "ojo de pez", pues el ancho de la calle Montserrat, y lo alto de este edificio, le impedirán hacer una buena foto íntegra de él.
Hay muchos edificios civiles de estilo art-decó en el mundo, incluidos por supuesto los rascacielos de oficinas en Nueva York, pero pocos pueden igualarse en belleza a este de La Habana.
El lobby de este edificio es visitable. Vale la pena verlo.
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